Cómo dejar las apuestas

Claro, apostar en casinos es una actividad recreativa muy divertida, se pasan ratos amenos. El problema ocurre cuando la persona comienza a hacerlo de manera descontrolada, al punto que se convierte en una patología que debe ser atendida por especialistas.

Antes de recurrir a un experto por ayuda, el afectado puede ir tratando de disminuir las apuestas aplicando algunos consejos que serán muy valiosos y útiles a largo plazo.

Primero, es importante que cuando se tome la decisión de dejar de apostar, se debe centrar la atención en distraerse. Existe un sinfín de actividades simples que se pueden realizar: leer libros, practicar algún deporte, oír música, salir con amigos, videojuegos, trabajos extras, ir al cine, y un largo etcétera. Eso sí, es muy probable que de repente, vuelvan las ganas de apostar, así que, la concentración es vital.

Otro método para dar los primeros pasos para salirse de este mundo peligroso, es disminuir poco a poco las visitas al casino o centros de juego de invite y azar. Si antes se acudía unas cuatro veces a la semana, se lleva a dos, hasta alcanzar el propósito de no ir más.

Revisar qué tan mal están las finanzas personales. Apostar significa utilizar mucho dinero, al punto de que algunos individuos apelan a sus ahorros y a vender bienes valiosos para pagar deudas. Si se está al tanto de la gran cantidad de dinero que se pierde, posiblemente eso tenga un impacto en tomar la decisión de abandonar los juegos.

Una nueva vida

Cuando alguien apuesta de manera desmedida se le llama ludópata, es una condición complicada que incluso, puede acarrear la muerte. La persona sufre de altos niveles de estrés, ansiedad, preocupación que la lleva a no comer, no dormir, no descansar y así, desarrolla complicaciones de salud física y mental.

Expertos en la materia le llaman “droga”, porque el comportamiento del ludópata es similar a alguien que consume estupefacientes. ¿Cuál otro propósito puede ayudar a dejar de apostar? Cambiar el estilo de vida. Si se trata de personas jóvenes, debe hacer un ejercicio de visualización de cómo se ve en el futuro.

Si ya se es bastante adulto, toca pensar cómo se quiere llegar a la vejez. Hay que pedir ayuda, a los amigos, familiares y a los especialistas. Existen hasta grupos de apoyo que funcionan como rehabilitación, que brindan las herramientas necesarias para salir de este mundo bastante oscuro.

Otra buena razón para dejar de apostar es evaluar qué tan lejos se ha llegado para continuar perdiendo dinero: dejar de hablar con la familia, abandonar a los amigos, pedir prestado, robar, mentir compulsivamente…

A todo lo anterior se le llama tocar fondo y es la llamada de alerta que le dice al individuo que está en una situación complicada y que viene lo peor.

Poner el dinero en resguardo

Un buen paso para no caer en la tentación de las apuestas es darle el control de dinero a otra persona, que se encargará de gestionarlo y así, no existirá el riesgo de acceder a los recursos para jugar.

Si se tiene acceso a aplicaciones de apuestas o se está cerca de establecimientos dedicados a este ramo, lo ideal es bloquearlos. Alejarse lo más que se pueda, también pasa con el entorno de “amigos” que apuesten, no tener más contacto con ellos.

Dejar de apostar es todo un reto, nada sencillo, pero sí se puede lograr con perseverancia, apoyo de amigos y familiares, y las herramientas que brindan los especialistas. La rehabilitación solo llega si hay insistencia y ganas de alejarse de este tipo de adicción.

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